Aunque no oiría nada de cuanto dijeran, podría muy bien espiarles a través de la puerta de cristales. Los tres hombres permanecían de pie junto al sofá. Uno de ellos extrajo de la cartera negra un papel y se lo tendió al abuelo. Este abrió mucho los ojos al leerlo y después lo devolvió negando con la cabeza. El de los ojos diversos se sentó y estuvo bastante rato hablando. Seguro que dijo cosas muy desagradables: para adivinarlo sólo había
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TENDERII.1 - Alargar una cosa aproximándola a otra