ya te digo, hasta el día que hube de bajar al molino y vi a la Salvinia, toda blanca la cara y la garganta, en medio los ojazos negros. Ella me vio en lo alto del caballo y ya me tendió los brazos... ¡ Bueno, ya te he contado! ¡ Volví allí tantas noches! Pues ella fue, la Salvinia vio claro donde yo no veía. ¡Qué mujer!... ¿Ves?, recuerda que te lo dije.
SON:259.34
TENDERII.1 - Alargar una cosa aproximándola a otra