me puse de puntillas para tratar de ver a través del balcón si todavía estaba el coche de la Emilia frente al edificio, pero no lo pude encontrar entre aquel magma de vehículos que circulaba a ritmo de sepelio. El señor director me tendió una mano gelatinosa y fría que estreché jovialmente. --¿En qué puedo servirle? --me preguntó. Esbocé mi mejor sonrisa y coloqué, como a lo tonto, el maletín sobre la mesa. --Quiero triunfar en las
LAB:125.29
TENDERII.1 - Alargar una cosa aproximándola a otra