El niño se acurruca en esos brazos y, riendo, procura asir los crespos cabellos grises. El viejo estrecha esa vida palpitante toda latido a flor de piel. Los primeros días temía deformar esas carnecillas; ahora sabe que el niño no es tan blando. Diminuto, sí; menesteroso de ayuda, también; pero exigente, imperioso. ¡ Cuánta energía cuando, de repente, estalla en gritos agudísimos, patalea y bracea violentamente! Asombra esa voluntad total, esa determinación oscura
SON:052.30
TEMER.1 - Sentir miedo o preocupación [por algo o alguien]