lesse chillona de la sala de juntas que acabábamos de abandonar, con una sencillez que invitaba al recogimiento: un escritorio de caoba con incrustaciones de nácar en forma de balandros, una silla giratoria y dos butacones de piel. En un nicho tableteaba un télex y sobre una ménsula media docena de teléfonos lanzaban destellos intermitentes: era su callada forma de indicar que alguien llamaba en balde. La luz era indirecta y tamizada y a través de un altavoz invisible la Escolanía de Montserrat
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TABLETEAR.1 - Producir un ruido semejante al de entrechcoar tablas de madera