Sesenta años atrás, cuando la gran mayoría de los aquí presentes no había nacido aún, un hijo de esta noble tierra vertió generosamente su sangre por nosotros, sí, nosotros, para que los representantes de las generaciones que iban a sucederle pudiéramos pronunciar con orgullo el nombre bienamado de la patria. El orador ha acallado la charanga y, en un rapto retórico, tutea al Desconocido y anuncia que pronto, en cosa de minutos, dejará de serlo: el tiempo
PAI:113.03
SUCEDERII.1 - Seguir. Ir detrás en orden o en el tiempo