atañe a la esencia de la patria ya no hace falta que sea por carisma, sino que basta que sea por definición, pues ¿quién habría de tener la última palabra sobre una fundación sino el propio fundador o quien legitimamente lo suceda? Y el godo y sólo el godo es, por así decirlo, el que trajo las gallinas. Otro escritor de El Alcázar, Ismael Medina, menciona en su sección habitual el artículo de Adsuara comentado hasta aquí, elogiándolo
RAT:053.23
SUCEDERII.1 - Seguir. Ir detrás en orden o en el tiempo