la sucia, vieron un quiosco de bloques de piedra gris, en papier maché, que por la forma y por las dos esfinges, a los lados de la puerta, recordaba una tumba egipcia. --Es acá --dijo Salcedo y señaló el quiosco. En el frontispicio leyeron: El Nóumeno y, a la derecha, en letras más chicas: de M. Cánter. Un instante después un viejito de mal color se les acercó para preguntar si querían entradas. Arribillaga pidió
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SEÑALARI.1 - Apuntar hacia [alguien o algo] con la mano o de otro modo, para llamar la atención sobre ello