el atractivo mayor de la feria. Ella le contestó que no estaba para la venta sino para rifar. --Mejor --dijo él--, así será más fácil, y además, más barata. Ella me confesó que había logrado impresionarla, pero por razones contrarias del amor. "Yo detestaba a los hombres altaneros, y nunca había visto uno con tantas ínfulas --me dijo, evocando aquel día--. Además, pensé que era un polaco." Su contrariedad