recepciones oficiales en aeropuertos en el salón de invitados, las confidencias de Madame Papus, en petit comité, a un grupo selecto de amigos. Su lógica incisiva deshace argumentos e insidias de sus adversarios, sus ojos clarividentes, convencen y seducen. Nuestro héroe -el de la pantalla- modula admirablemente las erres mientras asciende a las alturas de la estratosfera, ligero y feliz como un globo aerostático. ¿El secreto de su éxito? -El apoyo constante de mi mujer.