le la eminencia, instalada tras una mesa como un altar. Andrea, sentada enfrente, adopta una sonrisa instantánea al aparecer el abuelo, a quien el médico, levantandose, ofrece un asiento. -Tanto gusto, profesor -saluda el viejo. Y añade con intención-: Ya tenía ganas de verle. -Ya nos hemos conocido antes, amigo Roncone, pero la sala de radiografías estaba a oscuras y usted no ha podido verme. Yo sí,
SON:073.03
SALUDAR - Decir palabras de cortesía en el encuentro o despedida