se refinadas en sus maneras y doctoradas en vainica y letanías, pocas ocasiones se les habían ofrecido a las educadas y futuras educadoras de la burguesía para enterarse de lo que pasaba en la calle «anárquica y variopinta», ni para sacudir la inopia y la rutina de aquella pubertad por la que navegaban como en sueños. La rutina --escribió años más tarde un autor-- es el monstruo de cien cabezas de los colegios femeninos. Se arrastran unos principios muy apañaditos,
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SACUDIRII.2 - Apartar de sí [algo] con movimientos bruscos