el mío. No caminábamos aprisa a pesar de una lluvia finita que se colaba entre las hojas de los árboles. "Y todavía hay más... ¡Uy, si yo le dijera todo!... Porque todavía hay más..." Sacudía la cabeza y le tembló su cofia tiesa de almidón. Me pareció oírla tronar como las hojas de otoño; ocres, doradas, enrojecidas, amarillas. Sus nervaduras se habían secado y eran las primeras en romperse. Sonaban como
DIE:145.16
SACUDIRII.1 - Mover bruscamente de un lado a otro, agitar