me parecía que me convertía en alguien diferente y especial. No sé por qué nunca me atreví a pedirte que me permitieras asistir a un colegio. Quizás fuera por la cólera con que le hablabas a mamá, cuando ella se quejaba, asegurando que yo era ya una niña casi salvaje. Cada vez que os escuchaba discutiendo sobre este tema y ella gritaba asustada, sentía una congoja insoportable. Pues mamá hablaba como si, en realidad, ya anidara en mi interior el