te pasa, ya verás. (Trae de la cocina dos vasos y echa ginebra después de abrir la botella.) Bebe, para la tensión. ¡Ay, Dios, qué hijos éstos! ¡Qué disgustos dan! (Beben las dos.) Mira cómo lo han puesto todo de sangre. Hay que quitarla, que si se seca no hay quien la saque. (Elena, entre la ginebra que le cae fatal, y ver la sangre, tiene