telo de sus hirientes sarcasmos! Quienes acaban de ser atendidos salen reconcentrados y silenciosos de la habitación, con un triángulo de papel en la mano: al volver a casa, deben poner un extremo del mismo en un vaso de agua y beber ésta de un tirón, arrojar otro al fuego y coser el tercero al vestido, de forma que roce siempre la piel; o conseguir un mechón de los pelos de la persona querida u odiada, una fotografía reciente de ella