la bendición de las estrellas, escucha el lejano aullido de los lobos, que temen acercarse porque Bruno y su nieto son fuerzas invencibles, antorchas de la Tierra, señores de la vida. Anunziata se ha marchado, después de bañar al niño. En la alcobita, silencio y penumbra. En el silencio, el alentar de Brunettino ya dormido; en la penumbra, el nácar de su carita. Y, gozando ese mundo, el viejo sentado sobre la moqueta.
SON:137.01
BAÑAR - Mojar con agua u otro líquido (prototípicamente, con el fin de eliminar la suciedad)