con una población promedio de 4.300 habitantes. Galicia también acapara los mayores índices de dispersión poblacional, al aglutinar a la mitad de todos los núcleos de población existentes en España, lo que acarrea un marcado carácter rural del asentamiento humano e incrementa las dificultades para alcanzar niveles de eficacia. La vinculación cada vez más directa de la economía con el territorio obliga a contar con las entidades locales para cualquier proyecto de desarrollo, mejor bajo algún régimen asociativo, según puso de manifiesto Juan Rodríguez