lonos en el supuesto, claro está, de que haya de identificarse con la patria. Si el paso del Rubicón fue el paso al frente por antonomasia, paradigma y estímulo de todos los que han sido, ya entonces -según atestigua Plutarco- la cosa estaba sumamente oscura: "Pues con todo de ser tan lastimosa y miserable esta mudanza, los ciudadanos veían la patria, a causa de Pompeyo, en aquella turba fugitiva, y en Roma no veían sino