hecho un gran negocio. Si el mérito del antiguo diplomático residía, pues, justamente en conseguir acuerdos realmente ventajosos sin que ostentasen la apariencia de tales, huelga decir que tal capacidad desdice y contraviene por completo la moderna exigencia de "apuntarse tantos" ostensibles para la galería, homologables bajo figura de victoria y capitalizables en moneda de autocomplacencia para el ego colectivo de los pueblos. La perspectiva de contiendas armadas cada vez más inaceptables ha desplazado el ejercicio de los antagonismos y la