los dos a un tiempo, Montesecco siempre haciendo burla de Maffei.) MONTESECCO.- ¡Nunca hay más que un culpable! ¡El que derrama la sangre de la víctima! MAFFEI.- ¡... No se hubiera podido planear nada, y jamás yo hubiera tenido ocasión...! (Las carcajadas de Montesecco ponen fin al párrafo de Maffei.) MONTESECCO.- No os esforcéis, nadie os escucha y aquí no se salva ninguno. Ya se bambolea en la