la calle Ramalleras y nos detuvimos ante lo que era sin duda la puerta de un almacén, a la que llamó el cojo con la puntera de la bota. Se abrió una mirilla por la que asomó una cara. Porfié por librarme de las cuatro manos que me atenazaban diciendo así: --No malgasten su tiempo conmigo. Creo que no tengo ni vocación ni talento.
LAB:128.32
LIBRARI - Deshacerse alguien de algo negativo o perjudicial