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| cuando Santiago Nasar entró en la cocina. "Siempre se levantaba con cara de mala noche", recordaba sin amor Victoria Guzmán. Divina Flor, su hija, que | [CRO:016.10] | +info |
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| de los perros en los patios. Empezaba a aclarar. "No estaba lloviendo", recordaba Pablo Vicario. "Al contrario --recordaba Pedro--: había viento de mar y | [CRO:065.03] | +info |
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| a aclarar. "No estaba lloviendo", recordaba Pablo Vicario. "Al contrario --recordaba Pedro--: había viento de mar y todavía las estrellas se podían contar con el dedo." | [CRO:065.04] | +info |
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| aspecto manso y un tanto afligido disimulaba muy bien el rigor de su carácter. "Parecía una monja", recuerda Mercedes. Se consagró con tal espíritu de sacrificio a la | [CRO:036.10] | +info |
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| de versos. «Hay un amor que espera tras las últimas colinas», trató de recordar... --Gentuza --dijo la madre. Y se levantó | [JOV:158.04] | +info |
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| con el Nobel. «Son otras cosas, no el Nobel, lo que importa», recordó. «Otras cosas.» Qué admirado y desconocido, el padre. | [JOV:081.39] | +info |
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| Anunziata para traerse a su sobrina si necesita ayuda. «¡Simonetta!», recuerda el viejo encantado, pensando que el día comienza bien. Hasta la Rusca está tranquila. | [SON:132.01] | +info |
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| -¿Es que no va a comer aquí? -Eso ha dicho... Y no es la primera vez -recuerda Anunziata. -¿No sabe usted dónde come? Anunziata | [SON:250.25] | +info |
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| Cierto, dejarlo así, saber gozar así. Ella sigue reclinada sobre el codo. «La dama etrusca», recuerda el hombre. Pero no sobre un sarcófago. La cama es | [SON:335.26] | +info |
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| se situó siempre, sino a su lado... «¡La pareja etrusca! », recuerda de golpe, en una explosión interior. Ella sigue hablando: | [SON:301.12] | +info |
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| Al día siguiente el viejo se echa a la calle. -¿ Sabrá volver, papá ? Recuerde: 82, viale Piave. Ni contesta. ¿Le | [SON:038.02] | +info |
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| vuelve hacia una Anunziata triunfante, bien plantada en la puerta. -¡ Zío Roncone, recuerde! Y... ¿ qué tengo que ver? - | [SON:059.06] | +info |
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| buscarlo y no es fácil después de cuatro siglos. Hay mucha bibliografía sobre Gesualdo, recuerda Lucho, si te interesa tanto averigualo cuando volvamos a Roma | [GLE:106.03] | +info |
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| Entró en la cocina, a preparar el desayuno. Cuidó las tostadas, para que se doraran sin quemarse, y recordó: «Esta mañana Valeria defiende la tesis. No tiene | [HIS:009.15] | +info |
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| . Por último, cuando ya desesperaba, un individuo que parecía más viejo que él, recordó: --¿Sepúlveda? ¿No era un charlatán, como el que | [HIS:068.06] | +info |
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| el sentido de informarles de algo de lo que estaba pasando en el mundo. Uno de ellos, años más adelante, recuerda en sus memorias: La atonía de nuestra vida colectiva de adolescentes en rebaño | [USO:099.33] | +info |
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| . CARDENAL.- Reposa esta noche cuanto puedas. Mañana deberás tener los músculos distendidos. Recuerda: toda la fuerza en el puño, la mirada en la nuca. Tú y Bagnone | [COA:071.38] | +info |
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| de la Iglesia de Roma--, sino que estará sólo mi brazo. CARDENAL.- Recuerda: los músculos distendidos, la fuerza en el puño. | [COA:073.08] | +info |