depositando en mí una confianza que, finalmente, también yo llegué a tener. Recuerdo que la noche antes de nuestra salida al campo te pregunté : "¿Y si no encuentro nada?" "Entonces es que no hay agua en esa tierra", me respondiste tú, infundiéndomeunaseguridadquemehizosentirmesuperior a cualquier persona de este mundo. Cuando viniste a llamarme, aún de madrugada, yo te esperaba despierta. Apenas había dormido durante la noche.