Tu disposición para ser feliz no tienes por qué justificarla con ejemplos. Allá los otros. Si bien lo piensas, todas las pasiones y las demasías de placer son una vergüenza. Claro, para los demás, que no viven con bastante intrepidez. Pues finjamos,querida;ocultemosloy,almismotiempoque lo cargamos de culpa, lo valoraremos mejor. No hay mayor prudencia contra esta hipócrita sociedad que ocultarle bien los pasadizos por los que nos burlamos