una vez. Como jefe de manada, los apaciguo y, lo más embriagador, querido Elin, es que los puedo hostigar hacia una posible presa. Ahora tienen hambre, lo sabéis. Más hambre que yo. Pero,amenudo,sucazaeslamíaporquemeconceden ese atributo. La comparten conmigo. La emoción que por esto sentí las primeras veces, creo que la conocéis. Ahora compruebo que lo ponéis en duda. Blanche, tú me has