sobrehumana y parecía venir de la misma muerte. ¿Recuerdas? Ella se reía cuando yo le hacía aquellas preguntas que tú considerabas tan extrañas. Se negaba a responderme, pero sus máscaras empezaron a terminarse. Un día le faltó la risa y la palabra.Ellanuncahabitódeverdadentrenosotros.Simulaba su alegría y su ternura. Pero un dolor mortal subía por su cuerpo como una gragrena que la iba debilitando, hasta que un vacío espantoso se incrustó en su