a su marido en una mejilla.) MATILDE.- Cariño, eres encantador. Te quiero... JAVIER.- (A Juan.) De modo que está satisfecho. JUAN.- No, no mucho. Les he escupido. Les he devuelto lahumillación.Leshedemostradoloruinesque son todos. Me he vengado... Pero la amargura y el dolor se han quedado conmigo. JAVIER.- ¿Y dónde está su venganza? Resulta que yo pienso