poseemos para lavar nuestros trapos sucios sin humillación. Por eso somos superiores, porque consideramos nuestras debilidades como una concesión y aceptamos nuestras culpas con dignidad. MATILDE.- (A Ernesto.) Temo que vamos a entrar en temas estrictamente confidenciales. Me encantaría quedarme, peroGabrielamerecequesuspadresdiscutaneste asunto en privado. GABRIELA.- No hay nada que discutir. MATILDE.- De todas formas, ¿nos vamos? ERNESTO.- Tengo la impresión