tan acostumbrado! JUAN.- ¿Y a usted? ¿Le molestaría que me estuviera tirando también a su mujer y a su hija? (Aturdido, Javier le mira ceñudo, sin acabar de creérselo.) ¡Vaya!Menosmal.Esosíparecequelehaimpresionado. JAVIER.- Está mintiendo. JUAN.- No, se lo aseguro. A las dos. Por separado, eso sí, no simultáneamente. Su mujer es una delicia. ¡Y tan