. Hablaba sin pausas y jamás te mencionaba. Al principio pensé que deseaba distraerme, sacarme de lo que a ella le parecía un ensimismamiento enfermizo. Pero supe que tenía miedo de los muertos. Me lo dijo Emilia, después de hacerme señas de que notenombraraensupresencia.TíaDeliacreíahaber visto a abuela, pocos días después de que muriera, flotando sobre la fuente del patio. Desde entonces yo la cuidé como si fuera una niña y la acompañaba por las noches,