venido? JAVIER.- Siéntate. Los cinco estamos involucrados de una forma o de otra en este desagradable asunto. ERNESTO.- ¿Los cinco? ¿Yo también? JAVIER.- Este hombre trabaja, en efecto, para mí. Es unodemisdoscientosprogramadoresyacudetodoslos días puntualmente al trabajo. Ficha, permanece siete horas sentado ante su ordenador, se toma un bocadilo y una cerveza a media mañana y, a partir de las tres de la tarde,