hacía feliz a otra persona..., eso no podía ser malo. Era una mujer espléndida con una mente de niña. JUAN.- ¿Cómo la conoció? JAVIER.- Una tarde. Llovía mucho. El chófer me estaba esperando con la portezuela abierta del coche. Yo avancédesdelamarquesinadeledificiohaciaelautomóvil y ella se cruzó corriendo llamando a un taxi. Iba cargada de paquetes, que cayeron al suelo... La ayudé a recogerlos. Era tan joven y tan... tan natural... Me ofrecí