un instante en el bosque. Se oyen, distintos, dos mugidos. Maristel, corriendo, vuelve al sitio en que estaba. Se oyen de nuevo los mugidos. Al mismo tiempo, alguien con fuerte voz esclama:) VOZDEDENTRO.-¡Ah,yatepillé,osofanfarrón! ¡Ahora me las vas a pagar todas juntas! ¡Toma! ¡Toma! (Se oyen golpes mezclados con mugidos.) ¡No hay quien pueda!, ¿me oyes?, ¡no hay quien