¿Y quién es ese estúpido? MARISTEL.- Sólo a él le quiero. PELUCHE.- ¡Pues ya puedes rezar para que ese Nachito no se ponga al alcance de mi garrote!, porque si se pone:¡crak!,¡crak!,¡lopartoendos!,¡encuatro!,¡en miles de trozos y se los echaría a los cocodrilos del Lago Maldito! MARISTEL.- ¡Ay, ay, ay!