direcciones y haciendo comentarios sobre la casa que incluso a mí, que era sólo una niña me parecieron improcedentes. Parecía entrar como la nueva dueña y no como una sirvienta. Hizo proyectos para pintar la fachada pues según decía, los desconchados y humedades que se apreciaban enellasemultiplicaríanconelmaltiempodelinvierno. Asimismo decidió rehacer el jardín y sembrar las zonas desatendidas de éste y también la explanada rectangular en que se había ido convirtiendo el campo de tenis,