tu ausencia. Lo comprendí desde la primera vez que les vi juntos. Ella venía de trabajar. Tenía una tienda de objetos de arte y muebles antiguos. Entró en la habitación de Miguel para darle un beso. El nos presentó y ella apenasmesaludó.Puesalescucharminombrenotéque una sombra empañaba sus ojos. No trató de disimular sino que enseguida me preguntó por ti. "Está bien", le dije yo entonces, mintiendo pero deseando que fuera verdad.