ondeando un pañuelo en plan de adiós, exclama entre compadecida y coqueta.) GATINA.- ¡Pobrecito! (Y ante la mirada inquisitiva de Loristo y Burrote, se justifica.) ¡Me quería...! (A continuación, extrañamente femenina, canta.) Nolodudéis,mequería, y he perdido la ocasión de que exclamarais al verme inclinando el esternón: ¡Ahí va, ahí va la señora del León! LOS TRES.- Pero se