, reducidas en sus atribuciones y competencias públicas a la estrecha y mezquina esfera de lo privado y lo doméstico, serán terreno abonado para el surgimiento y la entronización de adalides capaces de proporcionarles puras satisfacciones autoafirmativas, a semejanza de un campeón olímpico. El neonacionalismo puede con todo rigordenominarsepatriotismodeportivo,porcuantoporfundamentode adhesión y participación tiene los mismos incondicionados rasgos de amoralidad que presiden la opción de hacerse partisano de un equipo y no de otro cualquiera (ya que, por definición, ningún equipo de fútbol tiene