cuantitativa, que no invalida en modo alguno la indiferencia del fenómeno con respecto a la índole de la idea afectada; y consiguientemente, salvo que se sustente la superchería de un carisma histórico divino, no hay fundamento alguno para confiar en que la militarización, que tan eficaz se ha demostradoeninvertir-yseacualfuereelvalorqueselesdé-lasesperanzas comunistas hasta traicionarlas por completo, vaya a perdonar, en cambio, a la utopía, la idelogía y las esperanzas de las democracias. Pero veamoslo en detalle.