Fue un verano extraño, muy caluroso y con tormentas casi todas las tardes... ¿Qué sucedió? Un día feliz, juegos, risas, la exaltación de sentirme viva en un mundo maravilloso y, al lado, sir Lancelot del Lago, un hombre al que admiraba y amaba...¿Tengoqueestarllorandotodalavidaporaquello? RAMON.- Supongo que no. ADELA.- Una sola vez, ¡una!, con una mezcla de curiosidad y sorpresa. Ni siquiera puedo sentirme culpable.