mezcla de malignidad y de tristeza... La serenidad de haber renunciado por fin a la resignación. ADELA.- ¿Quieres decir que tú...? EMILIA.- (Acaricia mecánicamente el pelo de su hija, con una sonrisa cohibida.) Es facilísimo encontrar un hombre que teenciendacigarrillosytelleveenbrazosaladucha,hija mía, sobre todo cuando no convives con él. ADELA.- Mamá, ¿en serio? ¡Qué sorpresa! ¡Nunca lo hubiera creído! ¡Es fantástico! ¡Qué alegría me das! ¡Dejame
CIN:082.21
ENCENDER.1 - Hacer arder, incendiar o prender fuego.