.- No puedo. Seguir charlando hasta que papá se levante. Habrá oído el piano y ya veréis con qué humor aparece. ADELA.- ¡Vaya! He debido hacerlo peor de lo que imaginaba. EMILIA.- Está de un sentimentalismo ridículo. Y cuando pretendedisimularlohaciendoseelduro,entoncesresulta insoportable. ¿Queréis café? ¿Cualquier cosa? JAVIER.- Yo seguiré con esto. No me gusta mezclar. RAMON.- Nada, mamá.