yo emocionada. "Mañana", me respondiste con gravedad y decisión. Cierro los ojos y aún puedo ver cómo me llevabas de la mano a través de este largo pasillo, el mismo por el que ahora circulan corrientes de aire entre sus paredes desconchadasylaslagartijasquesecuelanporlasventanas mal cerradas. Recuerdo que anochecía y, cuando llegamos a la otra zona de la casa, donde tú habitabas, me pedíste que esperara un instante. Había tanta oscuridad