la Sonata 14. Cuando las notas del piano se van amortiguando hasta desaparecer, son sustituidas por el acompasado chirrido de los grillos. Por la derecha, puerta de primer término, entra Ramón. Pijama, zapatillas y bata. Guiado por la luz de la luna y sin haber reparadoenlapresenciadeAdela,Ramón--demomento nadie podría asegurar que fuera él-- cruza la escena y se detiene frente al ventanal. Una breve pausa.) ADELA.- ¿Tampoco tú puedes dormir, Moncho?