ERNESTO.- ¡Mamá, estás radiante! (La besa.) EMILIA.- No puedo decir lo mismo de vosotros. Demacrados, jadeantes... ERNESTO.- ¡Bloquea! ¡Arriba! ¡Abajo, monseñor! RAMON.-(Riendo.)Porfavor...Para,¡para! EMILIA.- ... ¡qué aspecto! ¿Queréis estaros quietos? ¿Dónde se ha quedado papá? RAMON.- Entró en el invernadero. (Cariñosamente