muerte, así que puedo permitirme el lujo de ser sincero. Estoy contento contigo, una vez aceptada tu vocación. Lo importante es ser el primero, escapar de la vulgaridad. Eres un obispo joven, ocupas un puesto importante en el Vaticano y antes de cinco años te nombraránCardenal...Peroresultaqueyosoyunbuen católico de esos que nunca han creído en Dios. (Ernesto y Javier se ríen. El padre se encara con ellos.) ¿De qué os reís vosotros? No es gracioso lo que digo, es