de sembrar la confusión en el alma de un beato. --Legal --dijo la Emilia. --Pues sigamos --dije yo. Seguimos por el nuevo corredor acompañados de un cortejo de murciélagos y ratas que aprovechando la salida por nosotros practicada habían decidido emigrardesuelementonatural.Caminandosiempre hacia arriba desembocamos en lo que parecía un vestuario de gimnasio, a cuyos costados se alineaban armaritos metálicos cerrados por candados irrisorios. Forcé uno y abrí la puerta del armarito. En
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CAMINAR.1 - Moverse de un sitio a otro dando pasos.