No sé yo cuánto llevaríamos en aquella tiniebla procelosa, cuando el pobre historiador, en quien los años pesaban más que la determinación, rebufó a mis espaldas y murmuró: --Ya no puedo más. Sigan ustedes, que yo me quedo aquí a pasar la noche. Tratédealentarlediciendoqueelmonasteriono podía quedar lejos y que si se detenía allí podían comérselo las alimañas que, a no dudar, habían de merodear por aquel infernal paraje. Mis razonamientos,
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ALENTARI - Animar [a alguien] (para que haga algo)