seguirán comiendo los mirlos las raíces de la yerba; levantarán las flores sus alegres cabezas. Pero ya no estaremos... CARMIÑA.- No digáis esas cosas, que se me derriten las entretelas del corazón. Ay, vidiña pasada, ay, vidiña. Deloquemásmeacuerdoesdelosmomentosenque pude ser feliz y no lo fui. De lo que estuve a punto de hacer, y me eché atrás. Qué urgente es todo a última hora. Hay que irse de esta casa como el que sale de un